El capítulo improvisado que dio origen a un fenómeno: cómo debutaron Los Simpson en la TV

El episodio con el que Los Simpson debutaron en la televisión estadounidense no solo definió el rumbo de la serie, sino que dejó al descubierto un comienzo tan accidentado como inesperado. En diciembre de 1989, la audiencia se encontró con Simpsons Roasting on an Open Fire (Especial de Navidad de Los Simpson), un capítulo que no estaba pensado para inaugurar la serie, sino que fue utilizado como solución de emergencia ante el rechazo que generó la animación del episodio originalmente elegido para abrir el programa.

Esa decisión forzada terminó marcando el inicio de una de las historias televisivas más longevas y reconocibles del mundo, aunque su estreno tuvo un aire de improvisación evidente.

El especial navideño se emitió por primera vez el 17 de diciembre de 1989, fecha que hoy marca el nacimiento oficial de la familia amarilla en formato de media hora. El ejecutivo y productor Al Jean, quien continúa vinculado a la serie desde sus inicios, recordó el impacto inmediato del episodio: “Después de que se emitió el especial de Navidad, yo tenía una campera de Los Simpson y, estando en Disney World, la gente se me acercaba para preguntarme dónde podían comprarla. Todos habían visto el episodio. Fue un fenómeno”.

En esos primeros treinta minutos se presenta formalmente a la familia Simpson. Bart se hace un tatuaje sin permiso, Marge gasta el dinero de Navidad para borrarlo, Homero descubre que no recibirá el bono de fin de año y acepta trabajar como Papá Noel en un shopping para poder comprar regalos. Matt Groening, creador de la serie, explicó que lo atractivo de ese episodio era su sencillez: “Exploramos sucesos menores de la vida diaria. No era una historia grandiosa, sino algo tan simple como intentar comprar regalos cuando no hay dinero”.

El capítulo también dejó momentos fundacionales: la primera aparición del perro Ayudante de Santa Claus y la presentación de una familia económicamente ajustada, algo poco habitual en las comedias animadas de la época.

El episodio original con el que debía comenzar la serie era Una noche encantada, pero los problemas de animación retrasaron su estreno. Por ese motivo, el especial navideño —pensado originalmente como el octavo episodio— terminó funcionando como carta de presentación.

Incluso ese capítulo tuvo errores. Durante la función escolar, Lisa aparece brevemente sin ropa de la cintura para abajo. El productor David Silverman explicó que debía llevar una malla, pero el error ocurrió en el proceso de coloreado de los animadores.

El guion del primer episodio fue escrito por Mimi Pond, quien nunca volvió a trabajar en la serie. Años después explicó que no fue convocada nuevamente a un equipo de guionistas que, en sus comienzos, estaba integrado casi exclusivamente por hombres.

También quedó para la historia la primera línea de Bart Simpson: “Jingle bells, Batman smells”, una frase que anticipó el tono irreverente del personaje. Groening incorporó además recuerdos personales, como la escena escolar sobre las celebraciones navideñas en distintos países, inspirada en una experiencia de su infancia relacionada con la Unión Soviética.

Otro rasgo clave fue la decisión consciente de mostrar a una familia con dificultades económicas reales. Groening quería “anclar a los Simpson económicamente”, alejándose de la fantasía de prosperidad permanente típica de las sitcoms.

Aunque el especial fue el primer episodio completo, la familia ya había aparecido el 19 de abril de 1987 en breves cortos dentro de The Tracey Ullman Show. En América Latina, el capítulo debut se conoció directamente como Especial de Navidad de Los Simpson.

El éxito inmediato confirmó que el cambio de orden había sido un acierto. Con el paso de los años, la serie atravesó períodos de enorme prestigio, críticas por su supuesto declive y debates constantes sobre su “época dorada”. Al Jean relativiza esa nostalgia: “Habiendo estado allí, puedo decir que no se sentía como una época dorada en ese momento”.

La autoconciencia y la sátira interna estuvieron presentes desde el inicio. Ya en las primeras temporadas, la serie se reía de su propio fenómeno comercial y de sus personajes, algo que se volvería marca registrada. Jon Vitti, uno de los guionistas clave de los primeros años, señaló que el mandato creativo original —que cada episodio fuera distinto a todos los anteriores— se volvió imposible con el paso del tiempo.

En términos de audiencia, los números reflejan el cambio de época: en 1990, Bart reprueba reunió más de 33 millones de espectadores en Estados Unidos. En temporadas recientes, la audiencia televisiva es muy inferior, aunque el consumo en plataformas como Disney+ sostiene su vigencia. La serie acumula 36 premios Emmy, una película exitosa y hasta una nominación al Oscar.

Todo comenzó aquel 17 de diciembre de 1989, cuando un episodio improvisado, nacido del apuro y los errores, dio inicio a la serie más duradera de la televisión estadounidense.