La banda australiana King Gizzard & The Lizard Wizard retiró todo su catálogo de Spotify como medida de protesta frente al crecimiento de contenidos generados con inteligencia artificial dentro de la plataforma. Pocos días después, comenzaron a circular versiones imitadas de sus canciones bajo perfiles falsos.
El origen del conflicto
El retiro se produjo tras conocerse que Daniel Ek, director ejecutivo de Spotify, realizó una inversión en una empresa de inteligencia artificial con aplicaciones orientadas al ámbito militar. La banda consideró incompatible esta decisión con su postura ética y, además, volvió a cuestionar el modelo de regalías digitales que rige en el servicio de streaming.
No fue un caso aislado: otros artistas tomaron medidas similares durante el mismo período, argumentando desacuerdo con la dirección tecnológica y comercial de la compañía.
Copias generadas por IA en la plataforma
Semanas después de la salida del catálogo, usuarios identificaron un perfil llamado “King Lizard Wizard”, que publicó canciones con títulos y letras idénticas a las originales, acompañadas por portadas generadas con IA que copiaban la estética del grupo.
Las grabaciones imitaban de forma directa el estilo musical de la banda y atribuían la autoría a Stu Mackenzie, lo que supone una usurpación de identidad y una vulneración de derechos de autor. Las canciones llegaron a aparecer en listas oficiales de recomendación como Release Radar y Discover Weekly, acumulando miles de reproducciones.
Aunque las políticas de Spotify prohíben explícitamente la suplantación de artistas, el algoritmo promovió el perfil falso a pesar de la ausencia del catálogo original.
Respuesta de Spotify
En septiembre de 2025, Spotify anunció nuevas medidas para limitar el contenido fraudulento y mejorar el control sobre producciones creadas mediante IA. No obstante, la continuidad de imitaciones en la plataforma evidencia que los mecanismos de detección y moderación siguen siendo insuficientes.
La compañía aclaró que la música generada con inteligencia artificial no está prohibida, siempre que respete la normativa de propiedad intelectual y los derechos de los artistas.