El uso de melatonina, uno de los suplementos más populares para dormir en Estados Unidos, ha despertado inquietud tras la presentación de un estudio en la American Heart Association, que sugiere una posible relación entre su consumo prolongado y un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca.
Según la Cleveland Clinic, la melatonina es una hormona producida por la glándula pineal que regula el ciclo sueño-vigilia, aumentando en la oscuridad y disminuyendo con la luz. En su versión sintética, se utiliza como suplemento para facilitar el descanso, aunque no induce el sueño directamente, sino que actúa como una señal para que el cuerpo se relaje.
Sin embargo, los expertos advierten que los nuevos resultados deben interpretarse con cautela. El estudio aún no fue revisado por pares ni publicado formalmente, y los científicos recalcan que los datos solo muestran una asociación, no una relación de causa y efecto.
Un estudio que despierta inquietudes
La investigación analizó los registros médicos de 130.828 adultos estadounidenses diagnosticados con insomnio durante cinco años. La mitad de los participantes consumió melatonina durante al menos un año, mientras que la otra mitad no tenía registro de uso.
Los resultados señalaron que quienes tomaron melatonina presentaron un 4,6% de riesgo de insuficiencia cardíaca, frente al 2,7% del grupo que no la consumía. Además, el grupo usuario del suplemento mostró más hospitalizaciones y el doble de probabilidades de fallecimiento por cualquier causa.
Aun así, el autor principal del estudio, el doctor Ekenedilichukwu Nnadi, aclaró que los resultados no prueban causalidad: “Lo que encontramos fue solo una asociación”.
Limitaciones y matices
Especialistas consultados por The New York Times subrayaron que el estudio no tuvo en cuenta la dosis de melatonina ni la gravedad del insomnio. El doctor Andrew W. McHill (Oregon Health & Science University) aseguró que “el estudio deja más preguntas que respuestas”, mientras que la doctora Phyllis Zee (Northwestern Medicine) recordó que estos factores pueden influir notablemente en los resultados.
El doctor Sujay Kansagra, de Duke Health, indicó que el riesgo absoluto sigue siendo bajo, y que el verdadero causante podría ser el propio insomnio o una enfermedad subyacente. Además, advirtió que algunos participantes podrían haber consumido melatonina sin registrarlo, afectando la fiabilidad de los datos.
Eficacia y recomendaciones
La melatonina, según la doctora Zee, no es más efectiva que un placebo para tratar el insomnio crónico. En cambio, puede ser útil para ajustar el horario de sueño en casos de desfase horario o trabajo por turnos.
Los expertos coinciden en que la melatonina no induce el sueño directamente, sino que ayuda al cuerpo a reconocer que es hora de descansar. Por eso, recomiendan priorizar la terapia cognitivo-conductual, que ha demostrado mayor eficacia y seguridad a largo plazo.
Otro punto de preocupación es que en Estados Unidos la melatonina se vende como suplemento dietético, sin la regulación estricta de un medicamento. Estudios previos hallaron que la dosis real en los productos puede variar drásticamente e incluso contener serotonina, un componente no declarado.
La FDA aún no emitió advertencias oficiales, pero aconseja consultar a un profesional de la salud antes de iniciar o mantener su uso, sobre todo en personas con antecedentes cardíacos.
Un debate abierto
El consumo de melatonina también ha aumentado entre niños y adolescentes, lo que generó un incremento en las consultas por ingestas accidentales.
El Consejo para la Nutrición Responsable (CRN) subrayó que el insomnio crónico, en sí mismo, ya incrementa el riesgo cardíaco. Por eso, aconseja limitar el uso de melatonina a situaciones ocasionales y bajo supervisión médica.
En un contexto social donde se buscan soluciones rápidas para dormir mejor, los especialistas insisten en que los cambios de hábitos y las terapias conductuales siguen siendo la vía más segura y efectiva para cuidar el descanso sin comprometer la salud.
