Un estudio reciente propuso que la cúspide del rendimiento cerebral se sitúa entre los 55 y 60 años, desafiando la idea de que la juventud representa el punto más alto del desarrollo mental. La investigación fue realizada por Gilles E. Gignac y Marcin Zajenkowski, y publicada en la revista científica Intelligence.
Más allá de la juventud: una mirada integral al desarrollo cognitivo
“Hay muchas investigaciones que demuestran que los seres humanos alcanzan su máximo potencial físico entre los 20 y los 30 y tantos años”, explicó Gignac, profesor de Psicología en la Universidad de Australia Occidental, en un artículo para The Conversation.
Sin embargo, el estudio señala que las trayectorias del desarrollo humano son más complejas cuando se incluyen aspectos como la inteligencia cristalizada (conocimientos adquiridos y vocabulario), la inteligencia emocional y la capacidad de tomar decisiones sin sesgos cognitivos.
Los autores identificaron 16 dimensiones psicológicas, que abarcan tanto las capacidades intelectuales como los cinco grandes rasgos de personalidad: extroversión, estabilidad emocional, responsabilidad, apertura y amabilidad.
El punto más alto llega después de los 50
El análisis mostró que varios de estos atributos alcanzan su punto máximo más allá de la juventud.
- La responsabilidad se ubica en su nivel más alto cerca de los 65 años.
- La estabilidad emocional alcanza su punto máximo alrededor de los 75 años.
- Otras cualidades, como el razonamiento moral o la resistencia a los sesgos cognitivos, también crecen con la edad.
Como resultado, el índice combinado de funcionamiento psicológico sitúa el punto más alto entre los 55 y 60 años, con una disminución más evidente después de los 65.
“Para muchos de nosotros, el funcionamiento psicológico general alcanza su punto máximo entre los 55 y los 60 años”, subrayó Gignac.
Cómo se realizó la investigación
El equipo analizó datos de estudios previos de gran escala sobre adultos, priorizando aquellos con mediciones psicométricas validadas.
Se incluyeron pruebas sobre capacidades cognitivas, personalidad, inteligencia emocional, razonamiento moral, empatía, flexibilidad cognitiva, alfabetización financiera y motivación por el pensamiento profundo.
Los investigadores unificaron los resultados en una misma escala numérica, lo que permitió comparar cómo evolucionan las habilidades con la edad.
Así, construyeron dos modelos: uno convencional (centrado en inteligencia y personalidad) y otro integral, que incorporó factores emocionales y financieros. Este último mostró que las distintas capacidades se equilibran entre sí durante la vida adulta, alcanzando su mejor integración en la mediana edad.
Impacto en el mundo laboral y la percepción de la vejez
Las conclusiones del estudio invitan a replantear los límites de edad en roles de liderazgo, las políticas de retiro y los criterios de contratación.
Según los investigadores, los hallazgos explican por qué los puestos de mayor responsabilidad suelen estar ocupados por personas entre los 50 y 60 años.
“Aunque algunas habilidades disminuyen con el tiempo, se compensan con el desarrollo de otros rasgos que favorecen el juicio, la empatía y la toma de decisiones mesurada”, señaló Gignac.
El autor advierte que las experiencias individuales varían y que las evaluaciones deberían centrarse en capacidades reales, no en prejuicios etarios.
“Quizás sea hora de dejar de ver la mediana edad como una cuenta regresiva y empezar a reconocerla como una cumbre”, concluyó.