La experiencia de Levi Dewy, un joven británico apasionado por el fútbol, ilustra de manera contundente los riesgos que implica la sepsis, una afección que puede desarrollarse a partir de infecciones comunes y que, si no se detecta y trata a tiempo, puede tener consecuencias devastadoras.
En diciembre de 2022, Dewy, entonces con 20 años, comenzó a experimentar síntomas que inicialmente atribuyó a una gripe: dolor de garganta, fiebre alta y malestar general.
Sin embargo, la evolución de su estado de salud fue alarmante y, tras ser ingresado en el Royal Derby Hospital, sufrió un shock séptico y una insuficiencia orgánica múltiple, según relató su madre, Lara Dewy, al Daily Mail.
La rápida progresión llevó a los médicos a diagnosticarle una enfermedad neumocócica.
De acuerdo con Cleveland Clinic, se trata de una infección causada por la bacteria Streptococcus pneumoniae (también conocida como neumococo). Es contagiosa y puede causar una enfermedad grave, por lo que el diagnóstico y el tratamiento tempranos son fundamentales. “La meningitis neumocócica y la bacteriemia pueden provocar discapacidades graves, como daño cerebral, pérdida de audición o amputación quirúrgica de una extremidad. También pueden ser mortales si no se tratan”, advierte la institución.
Para intentar salvarle la vida, Levi fue trasladado al Hospital Glenfield en Leicester, donde permaneció en coma inducido y recibió soporte vital mediante oxigenación.
A pesar de estos esfuerzos, la sepsis había avanzado tanto que fue necesario amputarle ambas piernas por debajo de la rodilla, una intervención realizada apenas dos días antes de su vigésimo primer cumpleaños. “Tenía fiebre alta que no le bajaba y estaba muy somnoliento y sin apetito. Simplemente no era mi Levi”, recordó su madre.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la sepsis como una reacción extrema del sistema inmunitario ante una infección, que puede provocar disfunción orgánica, shock, insuficiencia multiorgánica y, en muchos casos, la muerte, especialmente si no se detecta y trata de manera oportuna.
Según la OMS, los síntomas más frecuentes incluyen fiebre, aumento de la frecuencia cardíaca, respiración acelerada, confusión y dolor corporal. Aunque suele estar causada por infecciones bacterianas, también puede originarse por virus, parásitos u hongos. El tratamiento requiere atención médica urgente, con administración de antimicrobianos y líquidos intravenosos, entre otras medidas.
El caso de Levi Dewy pone de manifiesto que la sepsis no es exclusiva de personas mayores o con sistemas inmunológicos debilitados. Su padre, Neil Dewy, explicó: “Lo que hemos aprendido es que la sepsis afecta a las personas jóvenes de manera diferente a las personas mayores. En las personas mayores, como su sistema inmunológico es más vulnerable, los síntomas se pueden detectar más fácilmente. Pero como Levi estaba en forma y saludable, su sistema inmunológico estaba enmascarando los síntomas hasta que llegó un punto en que su cuerpo ya no pudo soportarlos y se deterioró rápidamente”.
Tras sobrevivir a la infección, Dewy ha debido adaptarse a una nueva realidad: aprendió a realizar tareas cotidianas sin sus piernas, como vestirse o conducir. “Ni siquiera podía cambiarme solo ni sentarme. Y como perdí los pies, tuve que aprender a conducir con las manos. Son esas cosas que la gente no entiende”, relató.
A pesar de las dificultades, expresó su gratitud por el apoyo recibido y por haber superado una situación límite: “Tengo mucha suerte de tener un apoyo increíble y estoy muy agradecido de estar aquí, pero contraer sepsis ha cambiado mi vida por completo”.
La familia Dewy ha iniciado una campaña para concienciar sobre la sepsis, especialmente entre los jóvenes, y subraya la importancia de reconocer los síntomas a tiempo. “Familiarícese con los síntomas para que sepa qué debe tener en cuenta”, recomendó Neil Dewy en declaraciones recogidas por Daily Mail.
Las infecciones neumocócicas, como la que desencadenó el caso de Levi, pueden ser letales si no se tratan con rapidez, ya que la bacteria puede invadir el torrente sanguíneo o los órganos principales, provocando daños irreversibles en el cerebro o los nervios y, en última instancia, una sepsis potencialmente mortal.
La OMS advierte que la sepsis adquirida en entornos asistenciales constituye uno de los eventos adversos más frecuentes durante la atención sanitaria, afectando cada año a cientos de millones de pacientes en todo el mundo. “Una sepsis contraída en entornos asistenciales es uno de los tipos más frecuentes de evento adverso que se dan durante la atención de salud y cada año afecta a centenares de millones de pacientes en todo el mundo”, destaca el organismo internacional.