Juan Arnone, alias Marito Baracus, es mucho más que un youtuber nostálgico. Es uno de los fundadores espirituales del humor digital en Argentina, un tipo que arrancó haciendo doblajes absurdos y terminó sentado en yates con políticos, sorteando cláusulas de contratos imposibles y sobreviviendo —no sin cicatrices— al fenómeno de la cancelación.
📼 En su paso por Casino Resort, el ciclo de entrevistas de Infobae, Marito se despachó con un recorrido brutalmente honesto por su carrera, sus peleas con el algoritmo, su rol de hater y su forma extraña, pero efectiva, de seguir vigente.
🧨 De pionero a marca registrada
📺 Marito arrancó en YouTube cuando nadie sabía cómo se monetizaba un chiste. “Decís ahora ‘quiero ser youtuber’ y te miran con respeto; en 2010 te miraban como si hubieras dicho ‘quiero vender globos en el subte’”, recordó. En ese entonces, mientras otros invertían en cámaras, edición y producción, un tal Julián Serrano apareció bailando en cuero frente a una webcam y destruyó las vistas de todos. “Ahí nació el resentimiento digital”, bromeó.
🤹♂️ Entre 2009 y 2014 armó Marito Kids, lanzó música, organizó eventos, creó su comunidad y resistió a la precariedad de las primeras épocas. “YouTube no pagaba. Había que rebuscársela con eventos, merchandising, vivos. No era para cualquiera”, confesó.

📝 Contratos, política y cláusulas ridículas
💼 Con el tiempo, las marcas empezaron a interesarse… y a condicionar. Una agencia le ofreció una publicidad con una cláusula que prohibía hacer humor político de por vida. “Y era un doblaje de un pajarito, ni siquiera era algo zarpado”, contó. Se negó y lo dejaron afuera del proyecto.
🚢 También hubo reuniones con políticos que lo invitaban por “curiosidad” y terminaban en yates. “Me agarró del hombro, me sentó y me dijo: ‘trabajás para mí’”, relató entre risas. “Todo muy raro. Como una mezcla de House of Cards con Showmatch.”
🤬 Cancelaciones, redes y el arte de no explotar
📱 Marito no es ajeno a las polémicas. Fue “cancelado” más de una vez: por un chiste con un ukelele, por un comentario sobre los cuerpos, y por retuitear sin leer. En la del ukelele, se enteró de la controversia cuando su manager lo llamó desesperado: “Yo pensé que le había ido re bien al video porque tenía muchas notificaciones… pero no. Me estaban matando.”
👊 La más fuerte, dice, fue durante la pandemia. Por un chiste malinterpretado, recibió amenazas dirigidas incluso a sus familiares. “Ahí dije: ‘la gente está muy sacada’”, admitió. Igual, asegura que nunca se metió “en el barro”.
🎯 Su secreto para sobrevivir: no leer demasiado y trabajar con marcas independientes. “Estoy en esto desde los 15. El algoritmo es tu jefe y es jodido. Pero si no estás metido todo el día, no te duele tanto.”
🎉 Fiestas, pelo implantado y una rutina poco sexual
🥳 En paralelo, Marito organiza La Fiesta de Marito Baracus, dos veces al año. Nada de boliches con VIPs: hay pistas para bailar, videojuegos, música en vivo y comida. “Es la fiesta que a mí me hubiese gustado ir: sin caretaje, con libertad para hacer lo que se te cante.”
🧑🦲 Ah, y sí: se implantó pelo. “A los 23 ya estaba pelado. Igual le echo la culpa a YouTube y a mi viejo. Es genética, pero también estrés digital.”
🛏️ Cuando hablaron de sexo, no se achicó: “Una vez por mes está bien. No porque no me guste… pero prefiero ver una peli o salir a comer. Igual, no cojo una vez por mes porque me cag* a trompadas”, soltó entre risas, aludiendo a su pareja, una diseñadora de indumentaria oriunda de Río Negro.
👫 La define como “hater como él”, fan de bardear porteños y con quien mantiene una relación basada en la confianza y la libertad. “No nos controlamos. Convivimos en pandemia, nos peleamos como cualquiera, pero somos muy relajados.”
💰 ¿Y si tuviera un millón de dólares?
🧳 En el clásico juego de “¿qué harías con un millón?”, fue bien Marito:
- $100.000 para “una noche de ser poronga” con joda, amigos y Furia de Gran Hermano.
- $300.000 para comprarse una casa más en Olivos. “La mía está en refacción eterna.”
- $100.000 para jugar al bingo. Porque sí.
- Y el resto… “Lo tiramos como el Guasón en Batman, desde un auto, en Villa Luzuriaga.”
🃏 “No tiene sentido… pero tampoco lo tiene gastarse un millón de dólares en un día”, cerró.
❤️ ¿Permitido? Lizy Tagliani
🔥 Cuando le preguntaron por su “permitido”, no dudó: Lizy Tagliani. “La tuve a upa. Nos tiramos fueguitos en redes. Me encanta su buena onda. Es lo único… bueno, no, tiene más cosas. Pero eso ya me alcanza.”