Científicos alertan que la contaminación del aire impacta en la salud ocular de los niños

La contaminación del aire no solo afecta la salud respiratoria de los niños, sino que también puede alterar su visión.

Así lo plantearon investigadores en un estudio publicado en la revista PNAS Nexus de la Universidad de Oxford, donde se sugiere que mejorar la calidad del aire podría proteger e incluso favorecer la visión de los más pequeños, especialmente durante los primeros años escolares.

Aunque la herencia influye, el trabajo demuestra que la calidad del aire en el entorno escolar puede tener un impacto real en la prevención de la miopía y otros problemas de visión. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores aplicaron técnicas avanzadas de aprendizaje automático para evaluar la agudeza visual de niños en edad escolar y relacionarla con los niveles de contaminación atmosférica en sus entornos.

Los resultados muestran que los niños que viven en áreas con aire más limpio presentan mejor visión sin necesidad de corrección óptica, incluso después de considerar factores como la genética o el tiempo frente a pantallas. El dióxido de nitrógeno (NO₂) y las partículas finas PM2.5 fueron identificados como los principales contaminantes asociados al deterioro visual infantil.

Según los autores, el aire contaminado puede provocar inflamación y estrés ocular, reducir la exposición a la luz solar —fundamental para el desarrollo saludable de los ojos— y generar cambios químicos que alteran la forma ocular, favoreciendo la aparición de la miopía.

El estudio también determinó que los niños de primaria son especialmente sensibles a la contaminación, siendo este grupo el que más se beneficia de la mejora en la calidad del aire. Por el contrario, los adolescentes y quienes ya presentan miopía avanzada mostraron menor respuesta, ya que la genética tiene más peso en esas etapas.

Ante estos hallazgos, los investigadores recomiendan aplicar estrategias preventivas como instalar purificadores en las aulas, crear zonas de aire limpio alrededor de las escuelas para reducir la contaminación del tráfico y limitar el acceso vehicular durante los horarios de ingreso y salida escolar.

“Un aire limpio no solo es vital para la salud respiratoria, también es clave para proteger la vista de los niños en sus años de mayor desarrollo”, remarcaron los expertos.

Si bien la genética no puede modificarse, el entorno en el que crecen los niños sí puede mejorarse. Actuar en las primeras etapas del desarrollo visual ofrece una oportunidad concreta para marcar una diferencia positiva en la salud ocular de las nuevas generaciones.