Un estudio científico identificó la proteína TSPO como un biomarcador temprano de neuroinflamación, clave en las fases iniciales de la enfermedad. La investigación, realizada en modelos animales y muestras humanas, abre la puerta a diagnósticos más precisos y a tratamientos que podrían retrasar los síntomas varios años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala al Alzheimer como la forma más frecuente de demencia, presente en hasta el 70% de los diagnósticos. Sin cura disponible, la ciencia busca herramientas para detectarlo de manera precoz y ofrecer intervenciones más efectivas.
En esa línea, un equipo liderado por Tomás R. Guilarte en la Florida International University (FIU) descubrió que la TSPO (proteína translocadora de 18 kDa) se eleva en el cerebro incluso antes de que aparezcan problemas de memoria. Su visualización mediante tomografía por emisión de positrones (PET) permite rastrear la inflamación cerebral en etapas muy tempranas, cuando aún no hay deterioro cognitivo.
El hallazgo se basó en ratones transgénicos 5XFAD y en muestras humanas de Alzheimer de inicio temprano con la mutación PSEN1-E280A. Los investigadores observaron que el aumento de TSPO coincidía con las primeras placas amiloides en el subículo, una zona clave del hipocampo vinculada al aprendizaje y la memoria. En ratones, estas alteraciones aparecieron a los 1,5 meses de edad, varios meses antes de que surgieran los déficits cognitivos.
El análisis demostró que este incremento estaba impulsado principalmente por la microglía activada, en contacto directo con las placas. Aunque los astrocitos también mostraban señales de activación, no se detectó en ellos el mismo aumento de TSPO. La confirmación en tejido humano post mortem refuerza el valor del biomarcador.
Según Guilarte, identificar la neuroinflamación con este marcador podría retrasar los síntomas de la enfermedad entre cinco y seis años. Esto representaría un avance significativo en la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, el trabajo tiene limitaciones: se centró en un número reducido de casos de inicio temprano y en varones. Por eso, los especialistas ya avanzan en nuevas fases de investigación con muestras más diversas, incluyendo Alzheimer de inicio tardío.
El Alzheimer suele comenzar décadas antes de los primeros síntomas, lo que hace clave la detección temprana. Para los expertos, romper con la percepción de que es “una consecuencia inevitable del envejecimiento” es fundamental. La TSPO no solo se perfila como un marcador diagnóstico, sino también como una posible diana terapéutica, al reflejar la activación microglial que acompaña al depósito de placas.
Con esta línea de investigación, se abren nuevas oportunidades para intervenciones tempranas que permitan frenar o retrasar la progresión de la enfermedad en sus primeras etapas.