Un informe de la UCA muestra un aumento sostenido de los síntomas de malestar psicológico desde 2010, con un repunte particular entre 2022 y 2024. La pobreza, la precariedad laboral y la edad avanzada figuran entre los principales factores de riesgo.
Una tendencia en ascenso
El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA) reveló que en 2024 tres de cada diez adultos presentan síntomas de ansiedad y depresión 😔. Se trata de un incremento notable respecto al 18,4% registrado en 2010.
El estudio, basado en la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA), siguió la evolución de miles de hogares urbanos y permitió analizar cómo la persistencia o intermitencia del malestar afecta a diferentes grupos poblacionales.
Factores de riesgo
El informe subrayó que la pobreza y la indigencia duplican la prevalencia de malestar psicológico en comparación con quienes no atraviesan esa situación 🚨.
También se destacaron como factores críticos:
- El desempleo y subempleo, que incrementan la vulnerabilidad laboral ⚠️.
- La presencia de enfermedades crónicas o graves, asociadas a mayor sufrimiento.
- El género: las mujeres reportan más síntomas de ansiedad y depresión que los varones.
- La edad: el grupo de 60 a 74 años presentó un aumento más marcado, con un 30,1% de afectados 👵👴.
Un problema estructural
La doctora Solange Rodríguez Espínola, investigadora de la UCA, señaló que esta tendencia se enmarca en un contexto internacional de deterioro de la salud mental. En el caso argentino, advirtió que el impacto de la pandemia, la precariedad económica y las desigualdades persistentes potenciaron la problemática.
El análisis longitudinal mostró que:
- El 58% de la población se mantuvo estable sin síntomas.
- Un 5% sufrió síntomas persistentes.
- Un 12% atravesó un patrón intermitente.
- Y un 18% experimentó un deterioro en 2024 📉.
Conclusión
El informe remarca que la salud mental es un fenómeno multidimensional y dinámico. En la Argentina actual, la combinación de pobreza, desigualdad y precariedad laboral no solo erosiona el bienestar subjetivo, sino que también amplifica un malestar psicológico que ya afecta a millones de personas.