Los videos cortos y el cerebro: una adicción que no vemos venir

El auge de plataformas como TikTok, Instagram Reels y YouTube Shorts está generando preocupación en el ámbito científico. Lo que parece entretenimiento inofensivo, en realidad activa mecanismos cerebrales similares a los de una adicción.

⚡ Cada video nuevo genera una descarga de dopamina, el neurotransmisor del placer. Esa recompensa inmediata reprograma al cerebro para buscar estímulos constantes y breves, dejando en desventaja a tareas más largas o con gratificación diferida, como leer un libro o estudiar.

📉 Estudios recientes revelan que el consumo intensivo de este contenido fragmenta la atención, afecta la memoria de trabajo, y disminuye el control cognitivo. En adolescentes, incluso, se detectaron cambios físicos en el córtex prefrontal, una región clave para el juicio y el autocontrol.

🌀 Esta tendencia, conocida popularmente como “brain rot” (pudrición cerebral), es definida por los expertos como una forma de sobrecarga digital crónica. No es solo una frase de moda: se trata de un nuevo tipo de estrés cognitivo que mina la capacidad de sostener la atención y profundizar en cualquier tarea compleja.

💬 “El cerebro se entrena a sí mismo para necesitar la gratificación inmediata, y eso tiene consecuencias en la vida real: menos tolerancia a la frustración, dificultad para concentrarse y menor capacidad para el pensamiento crítico”, explican desde el Instituto de Neurociencia Cognitiva de Buenos Aires.


🔍 Curiosidad que pocos conocen: En China, la versión local de TikTok, llamada Douyin, limita el uso a los menores a solo 40 minutos diarios y prioriza contenidos educativos. Sin embargo, esa medida no aplica fuera del país.