💧 Lo que alguna vez fue una rareza reservada a los hoteles de lujo o a las viviendas en Japón, ahora se expande por Europa con fuerza. Los washlets —inodoros inteligentes que limpian con chorros de agua— se posicionan como una alternativa más higiénica, cómoda y ecológica al papel higiénico tradicional, un ícono del siglo XIX que hoy empieza a verse desplazado.
🏨 Hoteles como el Mayfair en Londres, el Park Hyatt Paris-Vendôme o el Marriott City West en Múnich ya los ofrecen como parte de su equipamiento premium. Pero la novedad es que comienzan a instalarse en hogares particulares, restaurantes y hasta aeropuertos, generando una familiaridad que impulsa su adopción a nivel doméstico.

📲 Viralizados en TikTok y en cuentas de influencers que predican los beneficios del baño “sin papel”, los washlets ofrecen funciones como secado con aire caliente, temperatura regulable del agua, tapa automática, eliminación de olores y limpieza con un solo botón. Algunos modelos incluso se controlan desde el celular 📱.
🧼 Estudios médicos respaldan la tendencia: usar agua es más eficaz que el papel para eliminar bacterias, evita irritaciones y mejora la salud de la piel, sobre todo en personas con afecciones dermatológicas. Un informe publicado en 2022 por el Journal of Water, Sanitation and Hygiene for Development confirmó una reducción significativa de microorganismos tras el uso de bidés comparado con papel higiénico.
🌍 Además, los argumentos ambientales pesan: la producción de papel higiénico exige talas masivas, gasto de agua y químicos, mientras que su desecho contamina y genera problemas en los sistemas de saneamiento urbano.

💸 Sin embargo, no todo es tan simple. Los precios siguen siendo una barrera importante: en Europa, un washlet básico arranca en 1.200 euros, y los modelos de alta gama superan los 7.000. A eso se suman obras de adaptación, conexión eléctrica, y la gran barrera cultural: el hábito del papel.
🧻 El papel higiénico nació en Estados Unidos en 1857 con Joseph C. Gayetty, quien lo promocionó como “papel medicado” para las hemorroides. Desde entonces, se volvió parte indiscutida de la vida cotidiana… hasta ahora.
📌 Dato curioso que casi nadie sabe: en Japón, donde estos inodoros son norma, los fabricantes entrenan a los dispositivos para “recordar” las preferencias de cada usuario, desde la presión del agua hasta la temperatura del asiento. Algunos incluso ¡tienen música integrada para ocultar ruidos! 🎶
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