Con diez hombres y sin Messi, Argentina empató 1-1 ante Colombia

A veces, los partidos no se ganan ni se pierden: se sobreviven. Y eso fue exactamente lo que hizo la selección argentina en el Estadio Monumental, ante una Colombia combativa y con la noche conspirando en contra. Con Messi afuera, Enzo expulsado y el arco temblando, el empate 1-1 supo a victoria moral.


🕯️ Un golazo en contra y la noche cuesta arriba

Luis Díaz, con ese desequilibrio genético que heredó de la samba y el picante cafetero, le dio vida a Colombia a los 23 minutos con una jugada individual que dejó a cuatro camisetas argentinas como estatuas del museo de cera. Fue un gol con aroma a “partido chivo”.

Argentina, que venía liderando la tabla con comodidad, perdió la compostura, pero no el alma. A los 70’, Enzo Fernández vio la roja directa tras una jugada desafortunada: plancha involuntaria, cabeza rival y tarjeta que cambió el escenario.

Y como si el guion necesitara más drama, Messi dejó la cancha siete minutos después, reemplazado por Exequiel Palacios. El estadio se congeló, literal y metafóricamente. Había niebla, había dudas, y había un Colombia cada vez más cerca del segundo.


🌪️ El viento cambió con Almada

Pero entonces, la furia encontró forma en Thiago Almada, ese enganche silencioso que parece tímido hasta que te quiebra las caderas. A los 80 minutos, recibió, encaró, despegó del piso como un barrilete cósmico versión 2025 y definió cruzado, quirúrgico, seco. Fue el 1-1. Fue el alivio. Fue el grito de un equipo que, con uno menos, con su líder afuera, no dejó de creer.

Después, el travesaño y Dibu Martínez se encargaron de sostener el resultado como un par de columnas dóricas en una casa en ruinas. Colombia empujó, casi lo gana, pero Argentina no se rompió.


📊 La cima no se negocia

Con este empate, la Albiceleste mantiene la cima de la tabla con 35 puntos, lejos de cualquier amenaza. Cerrará las Eliminatorias en septiembre contra Venezuela en casa y luego con Ecuador afuera. Ya clasificada, ya líder.

Colombia, en cambio, se juega la clasificación al límite: debe vencer a Bolivia y definir con Venezuela, dependiendo de otros resultados. La tensión, allá, recién empieza.


🧠 Más allá del empate, una verdad simple: la Scaloneta no se cae

La noche tuvo de todo: golazos, palos, cambios inesperados, y un árbitro con el silbato fácil. Pero la resiliencia volvió a ser la camiseta invisible de Argentina.

Porque un equipo grande no es el que golea todos los partidos. Es el que resiste cuando todo parece perdido, y aún así encuentra la manera de empatar.