Orgullo LGBT+: más que una celebración, una afirmación de derechos y visibilidad

Cada 28 de junio, el mundo conmemora el Día Internacional del Orgullo LGBT+, recordando los disturbios de Stonewall en 1969, un punto de inflexión en la lucha por los derechos de la comunidad. Pero el Orgullo no es solo una fecha en el calendario; es una manifestación de resistencia, visibilidad y celebración de la diversidad sexual y de género

La madrugada del 28 de junio de 1969, un bar de Nueva York se volvió el epicentro de una rebelión que cambiaría la historia. Hoy, más de cinco décadas después, seguimos marchando. ¿Qué nos une aún a ese grito inicial? ¿Por qué el orgullo sigue siendo necesario?

Era una noche como tantas en el Greenwich Village, pero en el Stonewall Inn algo se quebró. Cansades de la violencia policial, la discriminación y la vergüenza impuesta, travestis, personas trans, lesbianas y gays se enfrentaron a los golpes, las detenciones y el silencio. Esa madrugada, por primera vez, el miedo se convirtió en furia, y la furia, en movimiento.

Los disturbios de Stonewall duraron seis días. Fueron liderados, entre otras figuras invisibilizadas durante años, por mujeres trans afroamericanas como Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera. No fue una protesta “pacífica”. Fue una respuesta visceral a una vida marcada por el rechazo.

A partir de esa chispa, nació el movimiento moderno por los derechos LGBTIQ+. Un año después, en 1970, se celebró la primera Marcha del Orgullo en Nueva York. Y desde entonces, junio se convirtió en un mes de visibilidad, memoria y conquista.