¿Vivís rodeado de verde? esta fórmula puede mejorar tu salud mental

En medio de un mundo acelerado y cada vez más urbano, una fórmula sencilla está captando la atención de urbanistas, ambientalistas y especialistas en salud mental: la fórmula 3-30-300. Desarrollada por el profesor Cecil Konijnendijk, experto en silvicultura urbana y salud pública, esta regla propone una conexión mínima con la naturaleza como antídoto contra el estrés cotidiano.

¿Qué significa 3-30-300?
  1. 3 árboles visibles desde tu hogar: ya sea desde una ventana o balcón, ver vegetación directamente desde el lugar en el que vivís puede tener un efecto calmante inmediato en el sistema nervioso.
  2. 30% de cobertura verde en tu barrio: se refiere a que, idealmente, el 30% de la superficie urbana esté cubierta por árboles y vegetación. Este índice no solo mejora la estética, sino también la calidad del aire, la temperatura y el bienestar general.
  3. 300 metros a un espacio natural accesible: todos deberíamos tener acceso a un parque, bosque o área verde en un radio de 300 metros. Es decir, a no más de 5 minutos caminando.

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Diversos estudios científicos han demostrado que la exposición a la naturaleza disminuye el cortisol, la hormona del estrés, y mejora la concentración, el estado de ánimo y la calidad del sueño. La biofilia, término que refiere a la afinidad innata del ser humano por lo natural, es la base detrás de esta fórmula.

El Dr. Marc Berman, investigador de la Universidad de Chicago, sostiene que estar en contacto con la naturaleza, incluso de forma visual, “ayuda al cerebro a restaurarse del esfuerzo cognitivo constante que implica vivir en entornos urbanos”.

No todo está perdido. Aunque no todos pueden mudarse a un bosque, incorporar plantas en casa, elegir caminos verdes para caminar y usar imágenes o sonidos de naturaleza también pueden tener beneficios. La psicóloga argentina Laura Trivisonno, especialista en terapias basadas en la atención plena, explica: “La clave es construir pequeños momentos de contacto con lo natural. No hace falta estar en la selva: mirar un árbol desde la ventana o tocar una planta puede ayudar a bajar la ansiedad”.

Cada vez más ciudades del mundo están utilizando esta fórmula como guía para el diseño urbano. Desde Barcelona hasta Singapur, se prioriza la creación de corredores verdes, techos ajardinados y árboles en veredas no solo como elementos estéticos, sino como inversión en salud pública.

Implementar el 3-30-300 no requiere grandes reformas personales: basta con abrir la ventana, plantar una maceta y caminar hasta ese parque que quizás tenés más cerca de lo que pensás. Porque a veces, la felicidad se encuentra a solo tres árboles de distancia.