En las redes sociales, la maternidad a menudo se presenta como una experiencia idílica: bebés sonrientes, hogares impecables y madres siempre radiantes. Sin embargo, detrás de estas imágenes perfectas, muchas mujeres enfrentan desafíos emocionales, físicos y mentales que rara vez se comparten públicamente.
La exposición constante a modelos idealizados de maternidad puede generar sentimientos de insuficiencia y ansiedad en las madres. Según la psiquiatra Eugenia González, cofundadora de la Asociación MovEnRed, una de cada cinco mujeres sufre depresión perinatal, y el 75% de los casos no son diagnosticados debido al silencio que rodea esta etapa.La difusión de imágenes idealizadas en redes sociales contribuye a generar miedo e inseguridad en las futuras y nuevas madres.
Algunas figuras públicas han comenzado a compartir sus experiencias para visibilizar los aspectos menos glamorosos de la maternidad. La influencer Julia Menú, con más de 25 millones de seguidores en TikTok, narró su duro camino de 13 años enfrentando la infertilidad, incluyendo tratamientos, abortos y un embarazo ectópico. En su libro “Diario de una guerrera”, destaca la necesidad de incluir apoyo emocional en el sistema de salud y denuncia la falta de empatía médica durante su proceso.

Por su parte, Cristina Pedroche compartió en una entrevista cómo la escritura la ayudó a entenderse a sí misma tras el parto y abogó por la normalización de temas femeninos como el embarazo y la menstruación. A pesar de las críticas recibidas, reafirmó su decisión de no mostrar a su hija en redes sociales, buscando proteger su intimidad.

Las herramientas digitales, como aplicaciones móviles de apoyo a la crianza, han surgido como una forma de buscar soporte e información. Sin embargo, expertos advierten que estas aplicaciones pueden generar una presión significativa y expectativas poco realistas sobre la crianza, provocando rigidez en busca de un ideal de perfección. La psicóloga Elisenda Pascual Martí señala que muchas de estas aplicaciones no están respaldadas por profesionales de la salud, y su uso excesivo puede derivar en problemas emocionales y contrariedades en los estilos de crianza familiares.
Es esencial fomentar espacios donde las madres puedan compartir sus experiencias sin filtros ni juicios. La crianza es un proceso complejo y único para cada familia, y reconocer sus desafíos es el primer paso para brindar el apoyo necesario. Al visibilizar las realidades detrás de las imágenes idealizadas, se puede construir una comunidad más empática y solidaria.
La maternidad no debería ser una competencia de perfección en redes sociales, sino una experiencia compartida con honestidad y comprensión.