Ver colores que no existen: así nos engaña la mente con ilusiones ópticas

¿Alguna vez juraste ver un color que en realidad no estaba ahí? No estabas loco: solo estabas experimentando una ilusión óptica. Y aunque parezcan simples trucos visuales, estas experiencias revelan algo mucho más profundo sobre cómo funciona nuestra mente.

La vista no es una cámara: es una interpretación

A diferencia de una lente fotográfica, el ojo humano no capta la realidad de forma objetiva. Lo que vemos es una mezcla de información sensorial y procesamiento cerebral. El cerebro no recibe imágenes perfectas, sino señales eléctricas que luego interpreta basándose en experiencias, expectativas… y a veces, errores.

Un fenómeno conocido como “colores imposibles” o “colores ilusorios” muestra esto a la perfección. Son combinaciones de longitudes de onda que, en teoría, no existen en el espectro visible, pero que algunas personas aseguran ver en determinadas condiciones. ¿La explicación? El cerebro “rellena” la información que falta para darle sentido al mundo.

Ilusiones que dicen más de vos que del mundo

Ejemplos como el famoso “vestido azul o dorado” o los patrones que cambian de forma y color cuando los mirás fijamente, no solo son virales: son puertas a cómo pensamos. Revelan cómo influyen la atención, la memoria, el lenguaje y la cultura en nuestra percepción visual.

Además, estos fenómenos no son solo curiosidades: son estudiados por neurocientíficos, artistas y diseñadores para entender los límites (y posibilidades) de la percepción humana. Y en el mundo de la inteligencia artificial, también ayudan a enseñar a las máquinas cómo no cometer los mismos errores que nosotros.

Ver no siempre es creer

Las ilusiones ópticas nos recuerdan que ver no siempre es entender. Que muchas veces, lo que percibimos es una versión personalizada de la realidad. Y que, en cierta forma, todos vemos el mundo a través de los filtros de nuestra mente.

Así que la próxima vez que tus ojos te jueguen una trampa, disfrutalo: es una muestra fascinante de lo increíblemente creativo que puede ser tu cerebro.