Un reciente estudio de Spectrum Collections, en colaboración con la científica cosmética Carly Musleh, ha revelado un hallazgo preocupante: los pinceles de maquillaje sucios pueden acumular más bacterias que el asiento de un inodoro promedio.
Para la investigación, se analizaron dos juegos de brochas de base, una limpia y otra sin limpiar durante dos semanas, y se compararon con muestras extraídas de un inodoro. Además, se estudiaron las condiciones de almacenamiento en distintos lugares, como un tocador, un bolso de maquillaje, una bolsa especial para brochas, un cajón y un soporte en el baño.
Los resultados fueron alarmantes: en todos los casos, los pinceles sucios contenían una cantidad de bacterias igual o superior a la del asiento del inodoro.
Las bacterias presentes en las brochas de maquillaje
El análisis de las muestras detectó la presencia de E. coli, levadura y moho en los pinceles sucios, todos microorganismos que pueden causar infecciones cutáneas y problemas en la piel. En contraste, los pinceles limpios presentaban una cantidad considerablemente menor de bacterias.
Tras los hallazgos, Spectrum Collections realizó una encuesta entre sus clientes sobre la frecuencia con la que limpian sus brochas. El 40% de los encuestados admitió hacerlo solo cada dos semanas, mientras que el 20% confesó que las limpia una vez cada uno o tres meses.
La científica Carly Musleh subrayó la importancia de la higiene en los pinceles, advirtiendo que la acumulación de bacterias puede transferirse al rostro al aplicar maquillaje, lo que aumenta el riesgo de infecciones y problemas dermatológicos. “Muchas personas usamos brochas a diario para distintos productos, pero las dejamos sin limpiar por semanas o incluso meses”, señaló.
Los efectos de las bacterias en la piel
Aunque no todas las bacterias son perjudiciales, la acumulación excesiva en los pinceles de maquillaje puede alterar el equilibrio natural del microbioma de la piel. Este desequilibrio puede favorecer la proliferación de microorganismos dañinos y provocar brotes de acné, irritaciones o infecciones más serias.
Musleh también explicó cómo limpiar correctamente los pinceles, advirtiendo que nunca deben sumergirse completamente en agua, ya que esto puede dañar la parte metálica y reducir su durabilidad. Sin embargo, es fundamental lavar a fondo el centro y la base de las cerdas, ya que suelen acumular gran cantidad de bacterias y muchas veces se pasan por alto en la limpieza.
Concientización sobre la higiene en el maquillaje
Las fundadoras de Spectrum, Hannah y Sophie Pycroft, destacaron la importancia de esta campaña para crear conciencia sobre la higiene en los productos de belleza. “Queríamos mostrar de manera visual lo sucias que pueden estar nuestras brochas de maquillaje. Es sorprendente cuántas personas desconocen el impacto que esto puede tener en la piel”, explicaron.
Las expertas recomiendan lavar las brochas al menos una vez por semana para evitar la acumulación de bacterias y minimizar riesgos para la salud cutánea. Además, adelantaron que en la siguiente fase de la investigación revelarán qué tipos específicos de bacterias se encuentran en las muestras tomadas.
Otros objetos cotidianos con alta presencia de bacterias
El estudio también recuerda que, además de las brochas de maquillaje, muchos objetos de uso diario pueden albergar una gran cantidad de microorganismos:
- Esponjas y paños de cocina: Son los elementos del hogar con mayor carga bacteriana, según un estudio publicado en Scientific Reports. Se recomienda lavarlos o reemplazarlos con regularidad.
- Cepillos de dientes: Debido a la gran cantidad de bacterias presentes en la boca, es fundamental enjuagar bien el cepillo después de cada uso y eliminar los restos de pasta de dientes.
- Manijas de puertas y muebles: Son superficies que tocamos constantemente sin darnos cuenta, acumulando microorganismos que pueden transferirse a nuestras manos y rostro. La limpieza frecuente con desinfectante es clave para evitar su propagación.
Si bien las bacterias pueden ser beneficiosas para fortalecer el sistema inmunológico, también pueden convertirse en un problema si proliferan sin control. Tomar medidas de higiene adecuadas en objetos de uso cotidiano puede ayudar a mantener una mejor salud y prevenir infecciones.