Por primera vez en la historia, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha activado el Protocolo de Seguridad Planetaria debido a la aproximación del asteroide 2024 YR4, un cuerpo celeste que, según la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), tiene un 1,5% de probabilidades de impactar contra la Tierra en 2032.
Un protocolo sin precedentes
El anuncio fue realizado el 4 de febrero, tras los informes de la Oficina de Defensa Planetaria de la NASA y la ESA. De acuerdo con los expertos, este asteroide tiene un tamaño estimado de entre 40 y 100 metros de ancho, lo que, en caso de impacto, podría causar daños significativos en la zona afectada.
La activación del protocolo implica la puesta en marcha de dos grupos clave aprobados por la ONU:
- La Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), encargada de monitorear la trayectoria del objeto.
- El Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG), liderado por la NASA y conformado por agencias espaciales de todo el mundo, que estudia posibles respuestas a la amenaza.
Según Juan Luis Cano, coordinador de la Oficina de Defensa Planetaria de la NASA, no hay motivo para alarmarse, pero es necesario un seguimiento exhaustivo del asteroide. “No estamos aterrados, pero este es el objeto que más nos preocupa”, declaró en una entrevista con EFE.
Un riesgo calculado
El Protocolo de Seguridad Planetaria establece un sistema de evaluación basado en la escala de Turín, que mide el nivel de amenaza de objetos cercanos a la Tierra. Actualmente, el asteroide 2024 YR4 ha sido clasificado en el nivel 3 de riesgo, lo que significa que requiere observación adicional, aunque aún es improbable un impacto.
Según la ESA, la probabilidad de impacto de un asteroide suele aumentar al principio, antes de reducirse a medida que se obtienen más datos. Se espera que el 2024 YR4 vuelva a ser observable en 2028, momento en el que se podrá descartar o confirmar definitivamente su peligrosidad.
Posibles estrategias de mitigación
Si el asteroide se mantiene en un tamaño menor a los 50 metros, la estrategia recomendada sería evacuar las zonas en riesgo, ya que su impacto podría tener un efecto similar al de una bomba atómica. En caso de que su tamaño y trayectoria indiquen un riesgo mayor, la NASA y la ESA podrían considerar misiones de desviación, utilizando tecnología como el impacto cinético o la alteración gravitacional.
De momento, el SMPAG se reunirá en abril para evaluar los datos recopilados desde su avistamiento el 27 de diciembre. Mientras tanto, los astrónomos continuarán monitoreando su evolución y ajustando los modelos de predicción.
Este episodio marca un hito en la cooperación internacional para la defensa planetaria. La activación del protocolo no solo busca mitigar el riesgo del 2024 YR4, sino también sentar un precedente para futuras amenazas espaciales.
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