☢️ David Hahn, conocido como el “boy scout radiactivo”, marcó una historia tan fascinante como peligrosa. A los 17 años, en el pequeño jardín de su casa en Michigan, construyó un reactor nuclear improvisado que emitía niveles alarmantes de radiación. Su genialidad autodidacta, alimentada por una curiosidad insaciable, lo llevó a desafiar los límites de lo posible, pero también a destruir su vida.
🧪 Una mente brillante en un laboratorio precario
Desde niño, David mostró una obsesión por la ciencia. Con “The Golden Book of Chemistry Experiments” como guía, experimentaba con sustancias peligrosas. A los 14 años, ya había fabricado nitroglicerina en su habitación, casi volando su casa por los aires.
Inspirado por su insignia de mérito en energía atómica como Boy Scout, decidió construir un reactor nuclear reproductor. Sin recursos, reunió materiales radiactivos de objetos cotidianos: detectores de humo, linternas antiguas y relojes. Engañó a organismos como la Comisión de Regulación Nuclear haciéndose pasar por profesor universitario, logrando información clave para su proyecto.
⚠️ El “mini Chernobyl” casero
En su improvisado laboratorio, rodeado de herramientas caseras y bloques de plomo como única protección, David logró un reactor que emitía neutrones detectables a metros de distancia. Alarmado por los niveles de radiación que podían dañar a sus vecinos, intentó desmantelarlo, pero ya era demasiado tarde.
La policía lo descubrió por accidente al detenerlo por un incidente menor y encontrar materiales radiactivos en su coche. Poco después, el FBI y la EPA intervinieron. Su casa fue declarada un sitio de riesgo, y el laboratorio fue desmantelado. Los residentes de su vecindario vivieron años con temor a las consecuencias de la radiación.
😔 Un final trágico
Tras el incidente, la vida de David se desmoronó. Intentó alistarse en la Marina y los Marines, pero fue expulsado por problemas de conducta. La muerte de su madre en 1996 y el fracaso en la universidad agravaron su declive emocional. En 2007, fue arrestado por robar detectores de humo, reavivando el temor en su comunidad.
El 27 de septiembre de 2016, David fue encontrado muerto a los 39 años por una sobredosis de alcohol y fármacos. Su vida terminó de forma trágica, dejando un legado complejo.
💡 Curiosidad
El experimento de David Hahn inspiró numerosas películas y libros. Sin embargo, pocos saben que su insignia en energía atómica aún se entrega a Boy Scouts en Estados Unidos, aunque ahora con restricciones mucho más estrictas. Una paradoja que refleja cómo la curiosidad científica, sin guía ni control, puede ser tanto un don como una maldición.