Un insólito incidente tuvo lugar en el Lisser Art Museum (LAM) en los Países Bajos, cuando un técnico de ascensores confundió una obra de arte con basura y decidió deshacerse de ella. La obra en cuestión, titulada Todos los buenos momentos que pasamos juntos (1988) del artista francés Alexandre Lavet, consistía en dos latas de cerveza meticulosamente pintadas a mano.
🚮 El accidente artístico
La instalación, que formaba parte de una exposición en el hueco de un ascensor del museo, estaba dispuesta de tal manera que simulaba haber sido abandonada por trabajadores de la construcción. Este detalle pasó desapercibido para el técnico que, en su afán por mantener el lugar limpio, arrojó las latas al contenedor.
🍽 Arte y consumo cotidiano
Sietske van Zanten, directora del museo, explicó que el LAM tiene como tema central “la comida y el consumo”, y busca que los visitantes vean los objetos cotidianos desde una perspectiva diferente. “Exponer arte en lugares inesperados amplifica esta experiencia y mantiene alerta a los visitantes”, comentó Van Zanten.
🤝 Sin rencores
Afortunadamente, el museo no culpa al trabajador por lo ocurrido, ya que estaba cubriendo la ausencia del técnico habitual, quien conoce bien las exposiciones. “Solo hacía su trabajo de buena fe”, afirmó la directora, mostrándose comprensiva con el desafortunado error.
🧐 Curiosidad
¿Sabías que incidentes similares han ocurrido antes? En 2015, en Italia, personal de limpieza destruyó una instalación de arte moderno que consistía en botellas vacías, colillas de cigarrillos y confeti. Pensaron que era el desecho de una fiesta que había tenido lugar la noche anterior. ¡A veces, el arte es más difícil de reconocer de lo que parece!