El cantante peruano de música criolla que puso a bailar a la OEA en 1987

El 3 de junio de 1987, en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington D.C., la música criolla peruana vivió un momento histórico. Ante una audiencia internacional, el cantante Arturo “Zambo” Cavero, acompañado por el maestro guitarrista Óscar Avilés, emocionó a los presentes con su poderosa interpretación de “Contigo Perú”, una canción que ya se había consagrado como un segundo himno nacional. La actuación de Cavero no solo fue un despliegue de talento, sino también un símbolo de la identidad y el orgullo peruano, marcado por la fuerza de su voz y el sentimiento que transmitía.

El ‘Zambo’ Cavero: Un ícono de la música criolla

Nacido en Lima en el barrio de La Banderita Blanca, Arturo Cavero encontró desde muy joven su pasión en la música, influenciado por su madre, Digna Velásquez. A lo largo de su carrera, Cavero se convirtió en un referente de la música criolla peruana, particularmente de la tradición afroperuana, donde fusionó ritmos y estilos que conectaban con las raíces y el alma del pueblo peruano.

Fue su colaboración con el guitarrista Óscar Avilés la que lo consolidó como una leyenda de la música nacional. Juntos interpretaron canciones que exaltan el orgullo patrio, como “Y se llama Perú” y “Contigo Perú”, ambas compuestas por Augusto Polo Campos. Estos temas no solo celebraban las virtudes del país, sino que se convirtieron en verdaderos estandartes en momentos claves de la historia reciente del Perú, como la clasificación al Mundial de Fútbol en 1982, donde Cavero y Avilés llevaron sus canciones al vestuario de la selección nacional, animando a los jugadores con el poder de su música.

Una tarde para la historia en la OEA

En 1987, la OEA decidió reconocer la contribución de Cavero y otros exponentes de la música peruana como Jesús Vásquez, Luis Abanto Morales y el propio Óscar Avilés. En la ceremonia, Cavero interpretó tres canciones, entre ellas las icónicas “Contigo Perú” y “Y se llama Perú”, emocionando a los asistentes y mostrando la riqueza cultural del país andino. El entonces embajador peruano en la OEA, Luis Gonzales Posada, fue fundamental para que este evento se llevara a cabo.

El diploma entregado a Cavero reconocía “sus excepcionales méritos y relevante acción a favor de la música de las Américas”, y el cantante, con su imponente presencia, honró el galardón con una interpretación memorable que dejó una huella profunda en los asistentes.

El legado de Cavero: su música y su patria

A lo largo de su vida, el ‘Zambo’ Cavero llenó de orgullo a su patria con cada actuación, siempre acompañado de su fiel amigo y colaborador, Óscar Avilés. Juntos supieron transmitir a las nuevas generaciones el profundo amor por el Perú a través de la música. Su compromiso con el arte y su país fue evidente en cada escenario que pisó.

Cavero también incursionó en el cine, participando en 1996 en la película Bajo la piel del director Francisco Lombardi, donde interpretó la canción “Rebeca”. Sin embargo, su mayor brillo lo alcanzó en los escenarios, donde su voz y carisma se ganaron el aplauso y la admiración de miles de seguidores.

Un adiós con honores

El 9 de octubre de 2009, tras complicaciones de salud, el ‘Zambo’ Cavero falleció, dejando un vacío irreparable en la música criolla. Su muerte conmocionó al Perú, que lo despidió con honores de Estado, incluyendo un homenaje en el Congreso de la República y el Palacio de Gobierno. Su entierro, acompañado por la Hermandad del Señor de los Milagros, fue un evento solemne y emotivo.

Arturo Cavero dejó un legado imborrable en la historia de la música criolla y en los corazones de los peruanos. Con su potente voz y su inquebrantable amor por el Perú, supo unir a su país en cada acorde, dejando una huella que trasciende generaciones.