En una sorprendente noche en el estadio de Wembley, Manchester United se coronó campeón de la FA Cup al vencer 2-1 a su clásico rival, el Manchester City. A pesar de que los dirigidos por Pep Guardiola partían como favoritos para conseguir el doblete esta temporada, el equipo de Erik Ten Hag logró imponerse con goles de Alejandro Garnacho y Kobbie Mainoo, mientras que Jeremy Doku descontó para el City.
El partido, que tuvo un inicio dominado por los campeones de la Premier League, mostró a un Manchester United bien organizado defensivamente y listo para aprovechar los errores del rival. Los primeros 29 minutos carecieron de emociones y situaciones claras de gol, con un City que manejaba la posesión pero sin profundidad, y un United que buscaba oportunidades de contraataque.
La apertura del marcador llegó gracias a un pelotazo largo y cruzado de Diogo Dalot. Alejandro Garnacho capitalizó un desentendimiento entre Josko Gvardiol y el arquero Stefan Ortega, y con una definición precisa, puso el 1-0 para el United. Este gol nervó a los jugadores del City, y aunque Marcus Rashford anotó un segundo tanto, fue anulado por un fino fuera de juego.
Minutos después, el United amplió la ventaja con una jugada similar. Otro pelotazo de Dalot encontró a Garnacho, quien trianguló con Bruno Fernandes para asistir a Kobbie Mainoo. El joven mediocampista no falló frente a Ortega y marcó el 2-0.
En el segundo tiempo, Guardiola realizó cambios estratégicos, ingresando a Jeremy Doku y Julián Álvarez. Estas modificaciones le dieron nueva vida al City, que retomó su control del balón y comenzó a generar peligro constante. André Onana, el arquero del United, se convirtió en figura al realizar varias atajadas clave, incluyendo un disparo de Erling Haaland que reventó el palo.
El gol del descuento llegó a tres minutos del final, con un disparo esquinado de Doku que Onana no logró contener. A pesar de la presión constante en los minutos adicionales, el United aguantó el resultado y se llevó el trofeo de vuelta a Old Trafford, poniendo fin a una sequía de ocho años en la FA Cup.
El triunfo del Manchester United no solo significó un título más en su rica historia, sino que también fue un golpe anímico para un City que buscaba cerrar una temporada perfecta. Para Erik Ten Hag y sus dirigidos, este logro representa un hito significativo y una inyección de confianza de cara a futuros desafíos.