La investigación científica que reveló que las personas optimistas viven un 15% más que las pesimistas

Una investigación llevada a cabo por la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, en colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston y el Centro Nacional para el TEPT del Sistema de Salud de VA Boston, ha arrojado luz sobre el impacto del optimismo en la longevidad, revelando que las personas optimistas tienen hasta un 15% más de posibilidades de vivir más tiempo en comparación con sus contrapartes pesimistas.

El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences en 2019, analizó a más de 60.000 individuos, destacando que los hombres optimistas tienen un asombroso 70% más de probabilidades de alcanzar una longevidad excepcional.

Según Inmaculata de Vivo, experta en telómeros y epigenética de la Universidad de Harvard, el optimismo desempeña un papel fundamental en la promoción de la longevidad, y esto se debe a tres razones principales:

Perseverancia y motivación: Los optimistas muestran una capacidad destacada para perseverar y mantener altos niveles de motivación. Esta cualidad les permite enfrentar los desafíos con determinación, optimizando sus esfuerzos para alcanzar sus objetivos prioritarios, lo que a su vez los impulsa a esforzarse aún más cuando es necesario.

Regulación emocional: La capacidad de los optimistas para regular sus emociones y comportamientos es una ventaja crucial. Esto les permite recuperarse rápidamente del estrés y superar las dificultades de manera efectiva, contribuyendo así a una vida más saludable y equilibrada.

Hábitos saludables: Los optimistas tienden a adoptar hábitos más saludables, como el ejercicio regular y la evitación del tabaquismo. Estos hábitos impactan positivamente en su bienestar general y, en última instancia, en su longevidad.

En cuanto a cómo alcanzar el optimismo, se sugiere una combinación de factores:

Modificabilidad del optimismo: Según Lewina Lee, directora del estudio de Harvard, el optimismo puede ser modificado mediante técnicas simples o terapias.

Determinación genética: Aunque aproximadamente el 25% del optimismo está determinado genéticamente, el resto se debe a nuestras relaciones y al esfuerzo que dedicamos a cultivarlo.

Equilibrio saludable: Mantener un equilibrio entre optimismo y pesimismo es crucial. Abusar del optimismo puede no ser recomendable, ya que una dosis de pesimismo también es importante para la supervivencia.

En resumen, la combinación de perseverancia, regulación emocional y hábitos saludables impulsa a las personas optimistas hacia una vida más larga y satisfactoria, demostrando así el poder del optimismo en la promoción de la longevidad.