Investigan la relación entre conocidos fármacos para bajar de peso y el pensamiento suicida

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) investiga los fármacos Ozempic, Saxenda y Wegovy utilizados para bajar de peso y para tratar la diabetes tipo 2, por sus presuntos efectos adversos vinculados con pensamientos suicidas y autolesiones.

La revisión fue iniciada por la agencia de medicamentos de Islandia luego de informes de personas que, bajo el uso de liraglutida y semaglutida, reportaron casos de autolesiones y pensamientos suicidas, y se busca determinar si están relacionados con los medicamentos mismos o con las condiciones subyacentes de los pacientes u otros factores.

Según la EMA, “una señal es información sobre un nuevo evento adverso potencialmente causado por un medicamento o un nuevo aspecto de un evento adverso conocido que justifica una mayor investigación”. Sin embargo, “la presencia de una señal no significa necesariamente que un medicamento haya causado el evento adverso en cuestión”, aclaró.

Saxenda y Wegovy están autorizados para el control de peso, junto con la dieta y la actividad física en personas obesas o con sobrepeso, en presencia de al menos un problema de salud relacionado con el peso. Ozempic está autorizado para el tratamiento de adultos con diabetes tipo 2 insuficientemente controlada como complemento de la dieta y el ejercicio, pero se ha utilizado de forma no autorizada para perder peso. El comportamiento suicida no figura actualmente como un efecto secundario en la información del producto de la UE para ningún agonista del receptor GLP-1.

La revisión de Ozempic, Saxenda y Wegovy comenzó el 3 de julio y ahora se ha ampliado para incluir otros agonistas del receptor GLP-1. Se espera que esta revisión concluya en noviembre de 2023.

Qué es la semaglutida 

La semaglutida es un fármaco que pertenece a la clase de agonistas del receptor GLP-1 (péptido 1 seductor de glucagón). Se utiliza para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad.

Semaglutida actúa imitando la acción de una hormona producida en el intestino que estimula la liberación de insulina en el páncreas, disminuye la producción de glucosa y promueven la pérdida de peso.

Las autoridades sanitarias, como la Administración de Alimentos y Fármacos en los Estados Unidos, o el Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención en Reino Unido, señalan que el fármaco es seguro y efectivo para el control de peso crónico en adultos con obesidad que presentan al menos un trastorno vinculado con ese sobrepeso, como hipertensión o diabetes tipo 2. Y subrayan que su uso debe ir acompañado de una dieta baja en calorías y programas de actividad física.

En la Argentina, el fármaco está autorizado por el ANMAT para el tratamiento de la diabetes, pero aún no logra luz verde para el uso en pacientes con obesidad.