10 mentiras que los hombres dicen al conocer a una mujer

En los primeros encuentros afectivos, es habitual que las personas proyecten una versión idealizada de sí mismas. Sin embargo, diversos estudios en psicología social y comunicación interpersonal han demostrado que los hombres tienden a distorsionar más su discurso en las etapas iniciales del cortejo, especialmente cuando buscan validación emocional o evitar el rechazo (DePaulo et al., 1996).

En el contexto argentino —y particularmente en el rango etario de los 15 a los 39 años— estas estrategias se manifiestan con características propias del entorno cultural: ambigüedad afectiva, discursos estandarizados y ciertas frases que, aunque se presentan como auténticas, repiten patrones comunes y fácilmente reconocibles por muchas mujeres.


1. “No estoy buscando nada serio, pero si fluye, fluye”

Esta frase ambigua busca evitar el compromiso sin cerrar la puerta a una posible conexión física o emocional. Es una estrategia de protección del ego: permite mantener opciones abiertas sin asumir responsabilidades afectivas.

Cómo se detecta: el discurso no se acompaña de acciones claras. Hay contacto intermitente, escasa coherencia emocional y resistencia a definir el vínculo.


2. “Mi ex ya es parte del pasado”

Una afirmación frecuente cuando aún existe un proceso emocional inconcluso. El hombre intenta parecer disponible afectivamente, aunque no haya elaborado adecuadamente su relación anterior.

Cómo se detecta: aparecen referencias constantes a la ex pareja, contradicciones en el relato o actitudes que sugieren una conexión emocional no resuelta (seguimiento en redes, comparaciones, mención de anécdotas frecuentes).


3. “Nunca fui infiel”

Frecuentemente, esta afirmación responde a una necesidad de reafirmar la propia integridad moral. Sin embargo, la definición de “infidelidad” puede ser interpretada de forma subjetiva o selectiva.

Cómo se detecta: relativización de comportamientos pasados, falta de transparencia en relaciones anteriores, o frases como “técnicamente, no fue engaño”.


4. “Casi no uso las redes sociales”

En muchos casos, se trata de una estrategia para mantener opacidad digital y evitar que la otra persona acceda a información que pueda generar dudas o inseguridad.

Cómo se detecta: la persona presenta una actividad online activa (publicaciones, likes, comentarios), pero evita integrarte a ese espacio o mostrarte parte de su entorno virtual.


5. “Estoy en una etapa muy tranquila de mi vida”

Este tipo de afirmación suele encubrir inestabilidad personal o confusión emocional, maquillada con un discurso de introspección o crecimiento.

Cómo se detecta: el estilo de vida contradice la declaración: rutinas caóticas, vínculos múltiples no resueltos, cambios frecuentes de humor o de planes sin explicación clara.


6. “Yo escucho mucho, me interesa conocer de verdad a la otra persona”

Una afirmación asociada a una autoimagen de sensibilidad o madurez emocional, que no siempre se traduce en práctica real.

Cómo se detecta: tendencia a interrumpir, a dirigir la conversación hacia temas personales o a mostrar escasa escucha activa. La atención está más centrada en proyectar una imagen que en construir una interacción auténtica.


7. “Nunca me gustaron las relaciones superficiales”

Esta frase intenta marcar una diferencia frente a otros modelos de masculinidad, pero muchas veces es parte de un discurso prefabricado para generar simpatía o confianza.

Cómo se detecta: incongruencia entre lo dicho y lo vivido: vínculos efímeros, ausencia de profundidad emocional en los vínculos previos o rechazo a sostener conversaciones íntimas una vez que el vínculo se intensifica.


8. “Con vos siento algo diferente”

Se trata de una forma de acelerar el apego afectivo. La frase genera una ilusión de unicidad emocional, que no siempre está sustentada en una conexión real.

Cómo se detecta: hay intensidad inicial, pero sin continuidad. La otra persona puede retirarse abruptamente, minimizar el vínculo o desaparecer ante la posibilidad de involucrarse emocionalmente.


9. “Tengo muchas amigas mujeres, pero solo como amigas”

El trasfondo es una intención de mostrar sensibilidad y apertura emocional, pero en ocasiones encubre vínculos afectivos no resueltos o zonas grises de tipo sentimental.

Cómo se detecta: lenguaje ambiguo al referirse a ciertas amigas, historial emocional compartido o actitudes de cercanía que generan confusión en la pareja actual.


10. “Estoy enfocado en crecer como persona”

Un discurso recurrente en tiempos de exposición a la cultura del desarrollo personal. Sin embargo, muchas veces se utiliza para justificar distancia emocional o evitar compromisos.

Cómo se detecta: hay un uso frecuente de frases de autoayuda, pero sin evidencias de introspección genuina. No hay proceso sostenido de trabajo interno ni toma de responsabilidad por los vínculos que se generan.


📌 Conclusión: El discurso puede mentir, pero la coherencia emocional no

La mayoría de estas frases no constituyen mentiras malintencionadas, sino distorsiones adaptativas. El problema no reside en decirlas, sino en utilizarlas como fachada sin sustento emocional real.

Las mujeres, sobre todo en contextos urbanos argentinos donde la exposición a este tipo de relatos es frecuente, han desarrollado un fuerte radar emocional para detectar falta de autenticidad, contradicciones narrativas y patrones repetidos.

La psicología del vínculo contemporáneo exige algo más que frases convincentes: exige consistencia emocional, presencia real y honestidad vincular, aun cuando lo que se siente sea confuso o incierto..