Videos cortos, efectos largos: alertan sobre el impacto en la salud mental de los jóvenes

Cada vez más atrapados en una espiral de scroll infinito, los jóvenes de entre 20 y 30 años están cayendo en una peligrosa dependencia de los videos cortos, según advierte un nuevo estudio realizado por científicos de Corea del Sur. Las plataformas como Instagram Reels y YouTube Shorts están en el centro de la tormenta.

🔍 La investigación señala que un preocupante 34 % de los jóvenes entre 20 y 29 años pertenece a un grupo de alto riesgo por el uso excesivo del celular. Desde 2021, este grupo ve 1,7 veces más videos online por semana, reflejando un crecimiento sostenido y alarmante en el consumo de este tipo de contenido.

😴 Los efectos no se quedan en el entretenimiento: se trata de un fenómeno que interfiere con los hábitos de vida, deteriora el sueño y puede llegar a provocar cuadros depresivos. “Cuanto más frecuentemente se consumen videos en línea, mayor es la probabilidad de depender excesivamente del móvil”, alerta el investigador Lee Geon-woo, de la Universidad de Yonsei.

🔄 Lo más inquietante, señala Lee, es que se trata de un círculo vicioso que no depende solo del usuario: “Si la popularidad de los videos cortos sigue fomentando el uso prolongado de los teléfonos inteligentes, las plataformas recopilarán más datos sobre el comportamiento, lo que, a su vez, impulsará la participación y reforzará el ciclo”.

⚠️ Para el experto, no se trata únicamente de autocontrol, sino de entender que este problema es el resultado de un sistema tecnológico y económico que promueve la adicción como forma de negocio. Por eso pide acciones concretas de las plataformas, como notificaciones que alerten a los usuarios cuando el consumo se vuelve excesivo.

🎓 Además, invita a los propios jóvenes a revisar el tiempo que pasan frente a la pantalla y tomar conciencia del costo real de ese entretenimiento aparentemente inofensivo.


📌 ¿Sabías esto? En 2023, un estudio europeo encontró que el consumo constante de videos cortos reduce la capacidad de concentración a tan solo 8 segundos, menos que la de un pez dorado 🐟. Así de fugaz se volvió nuestra atención en la era digital.